Sunday, May 15, 2011

A LA PULGA LE GUSTA LA SANGRE DE DELANTERO

LA PÉRDIDA DE EFICIENCIA GOLEADORA DEL DELANTERO

            Véase esta primera tabla, en ella están reflejados los porcentajes de acierto a gol en liga y el promedio de goles por partido de los delanteros culés en la era Guardiola:

Salta a la vista que el jugador que ha acompañado a Messi en el ataque, ha ido perdiendo tanto la eficacia como la eficiencia goleadora, hasta el punto de que las cifras de Villa empiezan a ser poco dignas de un delantero TOP.
            Se puede aducir que siendo Messi mejor goleador, es lógico que éste haya ido desplazando a otros delanteros, pero que el resultado conjunto ha mejorado. Veamos la siguiente tabla, donde se expresan los porcentajes a gol de Messi y de la pareja de delanteros, la cual no es la media simple de ambas cifras, sino la eficiencia conjunta en función de la suma de disparos de ambos jugadores, así como la suma de goles entre ambos:
Los porcentajes de acierto a gol de Messi se han mantenido bastante constantes, sin lograr compensar del todo la disminución de eficiencia de sus compañeros, y el incremento de goles del rosarino tampoco ha supuesto una mejora conjunta: Esos vasos comunicantes tienen una fuga. El mejor año sigue siendo el primero de ellos, con un 9 clásico cuya eficiencia goleadora era muy similar a la del astro argentino.
            Todavía se puede aducir que en el esquema barcelonista hay que tener en cuenta en todo momento a los tres delanteros del tridente. En esta tercera tabla aparecen los porcentajes de acierto a gol del tridente al completo, incluyendo las cifras de Henry y Pedro, y la suma total de goles de ese tridente y el promedio de goles de todo el equipo.

Aquí sí se observa una mejora en la eficiencia en el segundo año, pero con una clara disminución de la eficacia tanto del tridente como del equipo en su conjunto. Las dos jornadas restantes no cambiarán sustancialmente la situación.
            Tras una primera temporada en Italia donde desempeñó el rol de falso extremo, en su segundo año en el Inter. Samuel Eto´o ha vuelto a superar los 30 goles en todas las competiciones y su acierto a gol está en el 18%.  Por su parte Ibrahimovic ha mantenido esa estadística de conseguir hacer campeón de Liga en el primer año al equipo en el que desembarca, y entre todas las competiciones ha sumado 21 goles y 12 asistencias.







LOS RENDIMIENTOS MARGINALES CRECIENTES Y DECRECIENTES EN LA DIVISIÓN DEL TRABAJO

            Imaginemos que tenemos que cavar una larga zanja y que se la encomendamos a un obrero. Este cogerá el pico y empezará a cavar, irá acumulando tierra removida que después cargará con una pala en la carretilla para sacar de la zanja y repetirá el proceso una y otra vez.
            A continuación añadiremos un segundo trabajador, el cual se encargará de ir cargando la tierra con la pala y llevándose la carretilla. Lo que observaremos es que con el doble de trabajadores, la faena se realiza en menos de la mitad de tiempo, debido a que no se pierde el tiempo yendo y viniendo con la carretilla. El picador pica sin parar, el carretillero siempre está o cargando con la pala o llevando la carretilla.
            Añadamos un tercer trabajador y una segunda carretilla. Este se encargará exclusivamente de la carretilla, de modo que el picador y el palero no pararán de trabajar, y mientras una carretilla va y viene, la otra es llenada.. Ahora observamos que habiendo incrementado el número de trabajadores en un 50%, la faena se termina antes en un porcentaje superior a ese 50%.
            Añadamos un cuarto trabajador. Este se encargará de reforzar alternativamente al picador, al palero y el carretillero, de modo que al estar algo más descansados,  puedan trabajar con mayor velocidad. Un incremento de un 33% de los trabajadores se traduce, a lo mejor, en una disminución del 40% del tiempo.
            Podemos seguir añadiendo trabajadores para aumentar la frescura de la plantilla, o apoyando esas labores que se van retrasando y seguiremos comprobando que el añadir X% de trabajadores extras supondrá una disminución del tiempo en un porcentaje aún superior. La razón de ello son las economías de escala, que se pueden explicar como la mejora de la eficiencia a consecuencia de la especialización. Si tu eres el mejor picando, es mejor que dejes la carretilla para otro. Es la base del trabajo en serie y de los incrementos de producción que están en la génesis del Capitalismo. Esa progresión superior del producto sobre la unidad de producción se conoce como Rendimiento Marginal Creciente.





            Ahora supongamos que seguimos añadiendo trabajadores al tajo. Cada vez será más difícil que se acomoden los picadores dentro de la zanja, los paleros tendrán que pararse frecuentemente mientras pasan las carretillas, se producirán atascos de éstas en la entrada de la zanja, y cada vez habrá más gente parada sin trabajar mientras los otros trabajan. Tarde o temprano sucederá que al sumar un trabajador más, la producción crezca muy levemente, o que incluso no mejore. Es entonces cuando aparecerán los Rendimientos Marginales Decrecientes.
            Finalmente el seguir añadiendo trabajadores acabará por obstaculizar a los que antes no paraban y se dará el caso de que incluso añadiendo trabajadores aumente el tiempo para terminar la faena. Se habrá llegado a los Rendimientos Marginales Negativos.
            Observando las tablas del punto anterior se presenta de manera evidente la aparición de rendimientos marginales decrecientes y negativos en la eficiencia y la eficacia del ataque barcelonista. Un empeoramiento de la seguridad defensiva o de la calidad de elaboración del juego podría suponer una disminución sensible en el balance de victorias.

VILLA, LA ÚLTIMA VÍCTIMA DE LA PULGA

            Aún con todos estos datos bastante sintomáticos, muchos aficionados blaugranas sostendrán que está en manos de Guardiola ir corrigiendo tácticamente los fallos que vayan surgiendo de modo que el conjunto no se resienta. Quienes argumenten eso darán por supuesto que Pep tiene plena libertad para mover a los jugadores de sitio. Sin embargo en este perfil sobre Messi
se nos muestra al argentino como un jugador celoso de su protagonismo, incluso rebelde cuando sus deseos no se han satisfecho y se menciona en él algo que ya se intuía desde fuera: Que a Villa se le aleccionó para que no compitiera en goles con el astro argentino. Los precedentes de Eto´o e Ibrahimovic saliendo por la puerta de atrás por aparente incompatibilidad personal con el técnico de Santpedor, debieron ser bastante ilustrativos para el Guaje.
            ¿Mezquindad? No, simplemente interés. Messi sabe que su papel en la historia y sus muy cuantiosos ingresos publicitarios dependen directamente de su imagen como jugador apabullantemente superior a sus compañeros.
            Se podría argumentar que Villa no ha sabido adaptarse del todo al sistema del Barça y que ha tenido la mala suerte de estar menos acertado que otros años.
En esta tabla podemos ver su acierto a gol y sus promedios de goles por partido en los tres últimos años, tanto a nivel de club (en liga por ser más comparables) como de selección (años naturales):

Llama mucho la atención  que su rendimiento con España sea tan auténticamente excelente, y que sus cifras con el Barcelona sean inferiores a las de sus dos últimos años en Valencia. La conclusión rápida que se saca es que el mejor Villa es aquel que juega con Xavi e Iniesta al lado, sin Messi y con un nueve de referencia que le fije a los defensores. Incluso la eficiencia a gol durante el Mundial, que al jugar en un entorno más competitivo y ante equipos más potentes, era de esperar que bajase, no está por debajo de la que en Valencia le permitía ir a 5 goles cada 6 partidos, y muy cercana a la de los mejores delanteros del mundo.




¿Y SI?

            Hagamos un ejercicio hipotético por descabellado que pueda parecer. Tenemos a Villa jugando en un Barcelona que por alineación, estilo y jugadores es bastante similar al equipo donde mejor rinde el asturiano, la Selección.
¿Qué cifras tendría Villa esta temporada si en vez de jugar con Messi de falso delantero lo hiciera con otro nueve clásico pero de calidad? Supongamos que en este nuevo Barça sus promedios de goles por partido y su eficiencia de cara a puerta fueran similares a los de sus últimos tres años con la Selección.
            En tal caso con los partidos disputados en liga, el Guaje llevaría 28.3 goles caso de mantener sus promedios goleadores y 37.7 en caso de mantener su acierto a gol, cifras todas ellas muy similares a las obtenidas por el mejor Messi.
           



¿DEBE SER MESSI EL DELANTERO CENTRO?

            A quién no le gusta Messi. Veloz con el balón en los pies, imprevisible en el regate, luchador incomparable en pequeños espacios y en pequeñas fracciones de tiempo, hábil en el pase en corta y media distancia, pleno de recursos rematadores, tácticamente versátil...
            A todos nos parece uno de los mejores jugadores que hemos visto sobre el terreno de juego. Pero no es perfecto, entre otras cosas, porque nadie lo es.
            Su golpeo a larga distancia, por ejemplo, es solamente pasable, y pierde calidad más allá del borde del área: Algo lógico para un jugador de piernas cortas.
            Su juego aéreo solamente funciona cuando se producen fallos defensivos, lo cual es normal teniendo en cuenta que mide 1,67 y no destaca por su excepcional salto.
            Su juego en al área sólo lleva peligro cuando tanto él como el balón están en movimiento, y se vuelve bastante inocuo cuando se mueve sin que el balón circule o cuando fija la posición.
            En el Barcelona de Guardiola se ha ido dando un proceso paulatino de desaparición de la figura del delantero centro. En la temporada 2008-2009, esa posición la ocupaba preferentemente Samuel Eto´o, acaso uno de los mejores “9” de las últimas décadas. En la temporada pasada el papel recayó en un delantero algo menos pronunciado, más versátil, como era Ibrahimovic. En la actual, aunque el Barça dispone de uno de los goleadores más constantes de los últimos años, éste juega claramente escorado a la banda y con una limitada capacidad de progresar hacia dentro.
            Es materia común en todo tipo de comentarios deportivos, que el Barça actual, el mejor equipo del mundo, juega sin delantero centro. En su lugar lo que hay es un espacio táctico vacío que suele ser ocupado por Messi cuando éste aparece y que parece vetado a los otros delanteros. La temporada actual del Barcelona nos ha mostrado un equipo dominador en la posesión del balón, en el control del guión del partido e inexpugnable defensivamente. Pero en partidos puntuales, en especial en el ciclo de clásicos, se ha visto cómo en determinados momentos la ausencia de un “9” clásico ha impedido que un equipo con las ¾ partes de la posesión apenas marcara goles sin superioridad numérica.
            Todos recordamos a delanteros bajitos que sobrevivían en el área porque aprovechaban su capacidad técnica y su juego corporal para compensar la falta de envergadura; sin ir más lejos, en el propio equipo blaugrana, el genial Romario da Souza. Pero como ya dijimos antes, esa cualidad, que en los tiempos actuales la poseen otros atacantes como Agüero o Tévez, no está en el repertorio de habilidades principales de Messi, el cual podría jugar a un nivel sublime tanto como enganche, como falso extremo o como segundo delantero. ¿Por qué entonces juega como delantero o, más exactamente, propiciando que su equipo juegue sin delantero?
            ¿No sería mejor para el ataque blaugrana que Messi ocupara la posición de Pedro (al que superaría en goles y asistencias) y que dejase la principal responsabilidad goleadora en manos de Villa y un delantero centro clásico? 

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