Espectacular Messi. Se enchufó en la primera parte y metió tres goles, de bella factura. En la segunda parte, cuando el Arsenal intentaba apretar, aceleró y consiguió el cuarto en la cuenta particular para sentenciar un partido que ya lo estaba al ochenta por ciento. Cierto es que el Barça tuvo otros 20 minutos más flojos de lo normal, pero es que el juego de este Barça se autoimpone un listón cada vez más alto.
Se preveía una guerra por el control del balón, que el Barça empezó a ganar desde el saque inicial. De nuevo, Messi se colocó detrás de Bojan, hoy '9' de los catalanes, y el juego fue fluido si bien más lento que en el Emirates, pero la exhibición del argentino fue para enmarcar. Lo que no cambió fue el acierto de Almunia, que sacó el 1-0 a Messi en su primer disparo. No tuvo que intervenir más en un inicio de 'fútbol control' blaugrana en el que la 'Pulga' volvió a avisar de lejos, siempre peligroso.
"Tengo un equipo que nunca se da por vencido", avisó ayer Arsène Wenger. Sus jugadores, que no quisieron dejar mal a su técnico, se quitaron el miedo de encima con una acción que levantó muchas dudas, infundadas, pero que acabó en el 0-1. El gigantón Bendtner completó un trastabillado contraataque en el que, tras una pérdida de balón por parte blaugrana, se asoció con Walcott para, a la segunda, meterla en la portería de Valdés.
El Barça, muy metido en el partido, tardó un suspiro en igualar la contienda. Messi recogió un rechazo de Silvestre, que casi le hizo una pared sin quererlo en la frontal del área, y a la tercera ocasión hizo bueno el dicho y puso el empate en el marcador, colocando de nuevo al Barcelona en semifinales. A Almunia, esta vez, no le bastó con su estatura para llegar al disparo, que se coló potente por su escuadra izquierda. Sí que estuvo fino en una falta directa, muy lejana, que Alves resolvió con una 'folha seca'.
La máquina se encendió. El empate se le puso mal a un Arsenal que siguió escondiéndose en su cueva para intentar salir al contraataque. No llegaron y, en el lado local, el Barcelona empezó a mover con más rapidez el balón siempre buscando en última instancia a Leo o Bojan, si bien fue el argentino el hombre objetivo en la mayoría de acciones.
Gozó de varias para avanzar a los blaugrana, pero no tardó en sellarlas. En el 36 y en el 41, Messi consiguió dos goles de inmenso valor para sellar un ya enésimo 'hat-trick'. En una primera parte memorable, tanto para el argentino como a nivel de equipo, Messi hizo dos vaselinas, la primera suave y con la derecha y la tercera más marcada y con la 'buena', la zurda, para dejar sentado al portero 'gunner'.
En el tercer gol, recogió una asistencia genial e ingeniosa de Keita con la cabeza que le dejó con espacio suficiente para que, con su velocidad y el velcro entre la bota y la pelota, se plantara ante un Almunia que hoy encajó lo que evitó en el Emirates. Esta vez, con su izquierda, hizo una cuchara de café para superar al español y casi sentenciar la eliminatoria.
Sobre el minuto 60, tras unos primeros minutos de segunda parte dominados por el Barça, los locales aflojaron un poco, quizá por los cambios de Maxwell y Touré y el cambio de sistema, y el Arsenal aprovechó para estirar líneas y apretar las tuercas al Barcelona, que suerte tuvo del buen hacer de Milito, colosal el 'mariscal', y del renacimiento del 'Kaiser de Michoacán'.
Aún así, el ambiente estaba enrarecido. En ataque no había fluidez, el doble pivote defensivo formado por Busquets y Touré no dio la consistencia esperada, sino que incluso perdió balones, y Xavi era una isla en la creación donde los balones en condiciones eran espejismos. En defensa, el Arsenal no tuvo pegada, pero puso en aviso a los catalanes. En este escenario, Pedro tuvo el cuarto a pase de Messi, pero su larga vaselina se escapó.
El partido siguió con esta tónica mucho tiempo. El Barcelona llegó también al área de Almunia, pero no supo matar el partido. El Arsenal envió dos balones ya anulados a los palos de Valdés, que seguro suspiró por el acierto arbitral en señalar sendos fueras de juego. Para cambiar el juego, Guardiola hizo entrar a Iniesta, que calentó durante mucho tiempo en la banda y evitar así cualquier recaída.
Quizá por el efecto imán, Messi quiso poner el broche de oro a la noche e hizo su cuarto gol, esta vez en una jugada marca de la casa en la que se fue de quien se le puso delante, Eboué, Sagna y Vermaelen, y superó a Almunia con un túnel que deshizo el primer rechazo del guardameta. Espectacular Messi, que llevó al Barça a semifinales y todavía tiene cuerda para rato. Memorable la actuación del 'pibe'.
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