El encuentro comenzó a un ritmo frenético en el que ambos equipos dieron todo de sí para adelantarse en el electrónico. Los alemanes buscaban la sorpresa por las bandas, sobre todo por la derecha con las entradas de Ze Roberto y Aogo para colgar balones a Van Nistelrooy, mientras que los ingleses sorprendían a la carrera cuando robaban el balón.
Poco a poco fue el Hamburgo el que se adueñó del juego, quizá más porque el Fulham dejaba la iniciativa a su rival para aprovechar la velocidad al contragolpe de Etuhu. Sin embargo, no hubo ocasiones claras de gol en la primera mitad, y los porteros apenas tuvieron trabajo ya que las defensas se mostraron superiores a los ataques.
El descanso llegó con un empate bastante merecido por los dos equipos, ya que no hubo ni un sólo disparo entre los tres palos en los primeros 45 minutos. Tras el paso por los vestuarios el partido no cambió. La intensidad era muy elevada, pero ninguno de los dos conjuntos acertaba a la hora de culminar sus jugadas.
Los ingleses empezaron a notar el cansancio y sus ataques eran cada vez más espaciados en el tiempo. De hecho, el Hamburgo comenzó a encerrar al Fulham en su campo, e incluso por minutos en su área. Sin embargo, los de Roy Hodgson sabían defenderse y cortaban los acercamientos locales cerrando bien a sus delanteros.
A falta de 20 minutos llegaron las dos mejores ocasiones para el Hamburgo. Pitroipa, que fue el mejor jugador del partido, entró por la banda derecha y su disparo lo mandó a saque de esquina Schwarzer. En el córner el balón le llegó a Trochowski, que obligó de nuevo a Schwarzer a realizar una gran parada.
En los últimos diez minutos fue cuando Bruno Labbadia decidió mover el banquillo del Hamburgo para desequilibrar a su favor el encuentro y poder ir a Londres con la ventaja en el partido de vuelta. El alemán metió en el campo a Rincón para seguir asediando a su rival.
Sin embargo, el miedo a perder atenazó a alemanes e ingleses y no fueron capaces de lanzarse definitivamente al ataque por si un error les castigaba con el gol en contra. Aunque los locales pudieron marcar en el último minuto pero otra vez Schwarzer salvó a su equipo con una gran parada.
De esta forma, el Hamburgo llegará a Londres con algo de ventaja, ya que cualquier empate con goles le dará la clasificación y sigue con su racha de estar invicto en su campo en esta competición. Por su parte, el Fulham deberá vencer si quiere volver al Hamburg Arena para jugar la final de la Europa League.
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