Y la Copa del Rey acabó atropellada en un tonto accidente mientras los blancos celebraban el título en Cibeles. Sergio Ramos, que era el portador en esos instantes del trofeo, se cae dentro del autobús y a consecuencia de su caída el trofeo de unos 20 kg de peso se precipita a la calzada, donde un hábil chófer, después de verla caer por el parabrisas, le pasa una rueda por encima. Toda una celebración a lo grande.
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