Saturday, January 8, 2011

UN RATIO PARA EVALUAR A LOS MEJORES TODOCAMPISTAS de las ligas europeas








A LA BUSCA DE STANDARDS SIGNIFICATIVOS

¿Se puede evaluar todas y cada una de las circunstancias que se dan en un terreno de juego para evaluar la calidad de un centrocampista?  La respuesta no es ni sí, ni no, la respuesta es para qué. Conforme a lo que hemos visto en los análisis de coste la información relevante no es tanto la información más exhaustiva sino aquella que es significativa y accesible a la vez. Un centrocampista lo mismo entra al corte y recupera balones que se incorpora a la creación y el ataque. Cuando realiza tareas defensivas estará condicionado por le presencia de su mediocentro, por la capacidad de subida y bajada de sus laterales.... Cuando realiza tareas ofensivas dependerá mucho del grado de presión del rival, de la capacidad creativa de mediofensivos y extremos. Si el equipo juega con dos medios creativos y falsos extremos su participación podrá ser más discreta y en cambio más decisiva si juega con un solo medio ofensivo y dos extremos abiertos; las pérdidas de sus compañeros deberán obligarle a entrar en juego, ya sea para recuperar el  balón como para reiniciar el ataque, y este a su vez lo puede hacer tocando en corto o conduciendo a la frontal, si toca en corto serán valorables sus promedios de pases, si conduce a la frontal habrá que valorar la capacidad para no perder balones en la linea de ¾.... ¿Se podría registrar esto? Desde luego, pero llegar a ese punto de detalle implica dedicar horas y horas a obtener un dato que, a la postre, puede no ser tan importante. Es más razonable desde nuestra perspectiva asumir que de cada 100 pases dados algunos se perderán otros no, y que de los que no algunos serán mérito del centrocampista y otros del receptor, y que de cada 10 pérdidas de balón en ¾ sólo una determinada proporción serán peligrosos para el equipo, siendo enjugados el resto por la combinación de tramas defensivas.






















Supongamos que queremos calcular el peso de un cuerpo humano; si ponemos en la balanza la piel, los huesos, los músculos, las vísceras, la grasa y la sangre tendremos una cifra que, al 90% coincidirá con la del peso completo. ¿Y los tendones, y los nervios, y las mucosas, y los bronquios, y...? Docenas de otros elementos tienen su peso, pero los primeros 6 ya nos daban una información suficientemente relevante como para poder abstraer el resto (obviándolos o estimándolos a partir de aquellos).

La lista de los datos que he utilizado para elaborar standards son:
-Asistencias del jugador
-Goles del jugador
-Goles encajados por su equipo
-Goles marcados por su equipo
-Puntos conseguidos por el equipo
-Titularidades del jugador
Todos estos datos son manejados en una perspectiva temporal de los últimos 4-5 años, la cual me parece una fracción de tiempo muy adecuada para evaluar carreras futbolísticas, pues la mayoría de profesionales se desempeñan en unos 3 lustros, a veces 2, a veces 4.

¿Hay otros datos de los que se pueda echar mano para completar los cálculos? ¡Sin duda! Cientos de ellos en realidad: regates intentados y conseguidos, faltas recibidas y amonestaciones provocadas, balones perdidos, calidad de los acompañantes, calidad de los rivales, etc. Pero todos ellos juntos no sumarían la relevancia de aquellos 7 escritos antes y en cambio harían muy farragoso el análisis. Resulta más eficiente considerar que o bien no son tan significativos, o bien son circunstancias que a la larga acaban compensándose en unas ocasiones con otras.
No se pretende aquí por tanto un análisis exhaustivo, sino un análisis relevante, que pueda ser cuestionable pero no discutible.

LA VARIANTE INDIVIDUAL

¿Por qué todocampista? Pues tan sencillo que porque todo el campo le concierne. Debe meterse en el área propia si la ocasión lo requiere, visitar el área rival si encuentra la ocasión, ha de conocer la cal de ambas bandas en algún momento del partido y no dejar sin pisar ni un palmo de todo el centro del campo. En una perspectiva a varios partidos, nuestro jugador podrá ser alineado como centrocampista llegador con un doble pivote muy defensivo por detrás, podrá ser la parte ofensiva de un doble pivote versátil, pero también la defensiva, podrá formar parte de un trivote, ya sea en el centro o más pegado a la banda y habrá partidos en los que acabará ejerciendo de mediocentro defensivo. Los aficionados, cuando hablen sobre él, discutirán sobre su verdadera posición original, algunos lo verán como un centrocampista ofensivo que aprendió a realizar tareas de contención, otros lo verán como un mediocentro que por poseer llegada y pase se fue adelantando en su juego dejando las labores defensivas a centrocampistas más especializados... Pensemos en Yaya Toure, en Xabi Alonso, en Gareth Barry, en Bastian Schweinsteger...
La cualidad fundamental, casi la única de un todocampista es el equilibrio, pero un equilibrio superlativo. Delanteros, extremos, enganches o mediofensivos, tienen una responsabilidad defensiva limitada, centrales, laterales o mediocentros mejoran cuando aportan en ataque pero su obligación principal es defender. El todocampista es el jugador del terreno de juego cuyas obligaciones son más constantes, el 90% del tiempo su concurso es preciso para que salgan bien las cosas, casi nunca se puede inhibir de participar en la jugada, pues amen de tener la mayor parcela de terreno bajo su custodia también tiene la mayor perspectiva del juego del equipo. Si el extremo está en el banderín de corner intentando burlar al defensor contrario, el todocampista deberá empezar a posicionarse para recuperar una posible pérdida de balón; si el lateral o el central están defendiendo al atacante del otro equipo, deberá acercarse para ayudar a sacar el balón jugado, si el equipo ataca ordenado deberá ser siempre la primera opción de pase, la más fácil, la de más desahogo y menos riesgo, si el equipo ataca roto tendrá carta blanca para lanzar largos pases elevados que sorteen líneas. El todocampista está para todo.
Cuando analizábamos las cualidades individuales de los mediofensivos poníamos el énfasis en las asistencias y en los goles que marcaba el equipo, cuando analizábamos a los mediocentros el acento lo poníamos en la constancia en las alineaciones y en los goles encajados del equipo. Analizar las cualidades individuales del todocampista deberá mezclar las de ambos. Su contribución al ataque será de más calidad si su equipo marca más goles y su contribución en defensa será mejor cuanto menos encaje, de modo que un cociente que divida los goles marcados por los encajados nos dará una buena idea del aporte al equilibrio del equipo de nuestro jugador. Pero aquí existe una trampa aritmética: Equipos ultradefensivos con pobres cifras goleadoras pueden dar ratios similares al de equipos arrolladores con pocas preocupaciones defensivas. Y en ocasiones ambos equipos están muy separados en la tabla clasificatoria ¿Cómo arbitrar el desempate? Relativizando esas cifras con las de los campeones de liga de los ultimos años. Así, sólo si la cantidad de goles a favor es verdaderamente alta o si la de goles en contra es verdaderamente baja, el ratio será elevado.
Pero no debemos dejar a nuestro protagonista diluido del todo en los resultados del equipo. Rescataremos del ratio individual de los mediocentros la noción positiva de la titularidad si bien sin tener en consideración las cifras de tarjeta. A diferencia de aquellos, el todocampista es una pieza que en muchos equipos se cambia sobre la marcha, por lo tanto su versatilidad, su calidad, su equilibrio, le garantizaría la titularidad. Y respecto a las tarjetas, el todocampista no suele estar obligado a realizar más que faltas tácticas suaves pues sabe que quedan dos líneas defensivas mejor posicionadas para frenar al rival.
El Ratio Individual quedaría así:




 


Al igual que sucedía con los mediocentros, no es preciso corregir el ratio con las participaciones del jugador al estar las titularidades implícitas en él. De un simple vistazo al ratio se deduce fácilmente que cuando este tiende a 1 el jugador se acerca a la excelencia.


LA VARIANTE COLECTIVA

Tal y como se dijo antes, la casi exclusiva cualidad valorable del todocampista es el equilibrio, y a nivel individual queda bien reflejado por el balance entre goles marcados, goles encajados y titularidades. Por tanto ¿cómo valorar a nivel colectivo a un jugador que incluso en su valoración individual es medido por los resultados del conjunto? Pues yendo más a allá, al aspecto más finalista del equipo, la obtención de puntos. Porque se pueden marcar muchos goles y encajar muy pocos, que si en los partidos claves el equipo no gana o pierde el  éxito no se habrá conseguido. En todos estos análisis hemos puesto el énfasis en la relevancia: En el contexto de un partido todas las circunstancias del juego son mediatas, pues lo inmediato, el fín en sí mismo del juego es el gol (marcarlo o evitarlo). Del mismo modo en el contexto de un campeonato, los goles marcados o encajados son mediatos, aquí lo inmediato, lo definitivo, son los puntos.
Tanto en la valoración colectiva del mediofensivo como del mediocentro recurríamos a la proporción de puntos conseguidos para evaluar la aportación al equipo del jugador. Aquí haremos lo mismo.
En el caso del mediofensivo enriquecíamos ese dato con el aporte en goles del jugador (cualidad no imprescindible aunque valorable) que era relativizado por los goles encajados por el equipo (señal de que el jugador no asumía dicha tarea de manera arriesgada). En el caso del mediocentro lo enriquecíamos relativizando su aporte en goles y asistencias (igualmente valorables pero no exigibles) con el dato de mejores asistidores (un baremo de referencia moderadamente asequible). En el caso del todocampista, construiremos un ratio donde la proporción de puntos se hallará implícita si bien haremos contribuir positivamente en el numerador las cifras de goles y asistencias del jugador, con la idea de elevar su valoración cuando, además de participar para que el equipo logre sus buenas cifras de puntos, lo haga directamente sumando goles y asistencias. De este modo la diferencia entre la notabilidad y la excelencia vendrá dada por la suma de lo visible a lo invisible.
El Ratio Colectivo quedaría así:






Los jugadores pertenecentes a equipos punteros tendrán un ratio próximo a 0,8-0,9 , pero si además son piezas decisivamente participativas podrán acercar el ratio a 1. 


EL CULMEN DE LA RELEVANCIA: EL FACTOR GLOBAL

Cuando se manejan elementos que se adicionan es preciso ponderar cada uno de ellos para asegurarnos de que el resultado global no este aquejado de la sobrevaloración de alguno de sus componentes. No así cuando de lo que se trata es de emplear factores. La precaución sobra pues si entendemos que un delantero será mejor cuanto más alto sea su RI y su RC, tomados independientemente, el múltiplo de ambos crece con cada uno de ellos.
Hemos tomado por convención que incluso en el caso del más egoísta de los jugadores el factor colectivo ha de ser igualmente apreciable que el individual, aunque cada cual puede ponderar cada uno de ellos según considere oportuno.
De este modo el ratio global resultante, el que valora de manera relevante la calidad de un delantero tanto a nivel individual como colectivo tomando como base de cálculo los datos más significativos sería:

RG = RI x RC x 100

Como el múltiplo de cantidades inferiores a 1,0 suelen arrojar cifras muy pequeñas, se ha añadido el 100 para que la cifra resultante sea un número más fácil de retener.

UNA OBJECIÓN MATEMÁTICA

Si bien todo el proceso seguido produce un ratio relevante y eficiente tomando como base información breve pero muy significativa, el resultado final adolece de cierta desproporción debido al carácter multiplicativo de los factores. El orden de los resultados finales puede parecernos coherente, pero  no así las diferencias de cuantía.
La estadística descriptiva nos provee de una sencilla herramienta para ajustar este tipo de desviaciones, que es la media geométrica. Mientras que la media aritmética halla el promedio entre N cantidades sumadas dividiendo el total entre N, la media aritmética halla un promedio entre cantidades multiplicadas, pero para promediar se utiliza no el cociente (que no tendría relevancia proporcional), sino la raiz cuadrada, o en su caso la raiz N.
El ratio final por tanto quedaría así:

         2 ___
RF=   \/ RG

UNA OBJECIÓN HISTÓRICA

He aquí el final del proceso.
Como hemos tomado como base los logros colectivos del equipo y la presencia del jugador a través de las titularidades, aplicaremos el ratio a la media de la suma total de puntos y titularidades del jugador sobre el último lustro. A la larga sólo los mejores mediocentros serán jugadores asiduos que, además, harán ganar muchos puntos a sus equipos.




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