OTRO ESPAÑOLITO
La historia empieza a ser un clásico contemporáneo: Un español aficionado al fútbol lleva a su hijo adolescente a que le hagan unas pruebas pero el equipo lo rechaza por no tener la talla mínima (mide menos de 1.70). Pero el chaval es muy bueno técnicamente, con un regate endiablado y un gran control de balón y va abriéndose paso a través de equipos mediocres donde sus excelente cualidades van aflorando hasta llamar la atención de un equipo grande que decide que ese pequeño futbolista puede ser el chip de una maquinaria compuesta por grandes piezas de acero. Lo que empezó siendo un componente que añadía variantes al equipo sigue progresando y en el curso en el que cumple los 28 años acaba siendo la estrella del equipo, el creador de contextos para el que los demás son variantes.
Lo único que tiene de particular esta historia es que el protagonista nace, crece y triunfa en Francia. En los tiempos actuales donde el nuevo paradigma futbolístico establecido por el FC Barcelona a nivel de clubes y España a nivel de selección, son muchos los equipos y selecciones que ponen sus ojos en nuestra liga donde se hallan las vetas madres de ese tipo de jugador. El primer importador fue Arsène Wenger quien anticipó que la mejor manera de adelantarse al futuro era fichando al mejor centrocampista adolescente del mundo. Hace dos años fue el equipo más gastador del planeta el que convirtió a Silva en el eje de su ataque y el verano pasado Villas Boas decidió trasplantar al Chelsea la misma pieza, eligiendo en este caso a Mata. Resuenan en los medios el interés de equipos grandes en futbolistas descollantes de similar perfil como Muniaín, Modric, Götze... y hasta selecciones como Italia están intentando dar su particular versión de este nuevo fútbol. El Olympique de Marseille ha hallado, como siempre gracias a la inmigración, la pieza necesaria sin necesidad de importarla y Francia podrá disponer de un españolito de altísima calidad técnica que nació hablando la lengua de Voltaire pero que sobre el césped parece no haber salido nunca de la piel de toro.
VIAJE DE LA BANDA AL CENTRO
Hemos reunido en esta tabla su participación en el equipo de la Costa Azul entre Ligue-1 y Champions League y mostramos sus promedios de goles por partido, asistencias por partido y la suma de disparos realizados y faltas recibidas por partido (un buen indicador de desborde).
TEMPORADA | PARTIDOS | GOLES/P | ASIST/P | DISPAROS+ FALTAS SUF/P | |
| | | | | |
2006-07 | 5.25 | 0.19 | 0.19 | 1.14 | |
2007-08 | 26.00 | 0.15 | 0.08 | 4.85 | |
2008-09 | 28.75 | 0.10 | 0.07 | 5.60 | |
2009-10 | 23.50 | 0.21 | 0.09 | 4.47 | |
2010-11 | 33.25 | 0.15 | 0.15 | 3.34 | |
2011-12 | 18.00 | 0.28 | 0.50 | 3.61 | |
Su primer año sumó esos 5.25 partidos en 15 participaciones, obviamente la mayoría saliendo desde el banco. Pudo aportar cosas (desequilibrio en momentos en los que el partido se halla atascado), pero su bajo ratio de disparos+faltas, indica su papel marginal en el concurso colectivo.
El período que va desde 2007-10 el jugador se afianza, con permiso de las lesiones, como titular, ocupando posiciones de banda. Su ratio de faltas y disparos se eleva muchísimo como se corresponde con un jugador obligado a encarar y con mucha capacidad para el regate: La temporada 2008-09 recibió 100 faltas. En cambio su aportación en forma de goles y asistencias fue muy discreta.
Ya en aquellas temporadas empezó a permeabilizarse el fútbol francés del cambio de paradigma y muchos equipos empezaron a arrinconar a los todocampistas de origen africano para empezar a dar sitio a jugadores técnicamente más finos; los modestos Lille y Auxerre, acaso los equipos que más habían apostado por ese nuevo credo, sólo fueron superados por los dos gigantes de la liga francesa en la temporada 2009-10. La temporada pasada el campeón de liga fue el Lille pero otros como el Sochaux pasaron de eludir al descenso a asomarse a Europa y el subcampeón fue un Marseille que pugnaba por quitarse la dura impronta que Deschamps había traído en sus primeros años. Valbuena comenzó a jugar más por el medio como refleja su brusco descenso de disparos+faltas aunque seguía arrancando en banda. Su productividad total no pasó de 0.30 goles+asistencias por partido igualando sus mejores cifras en los tres años anteriores si bien basculando más hacia la creación que hacia la finalización.
En la presente temporada su posición se ha centrado en la frontal del área dejando las bandas para André Ayew y Morgan Amalfitano y asumiendo mucho más protagonismo dentro del área, hasta el punto de que tanto su aportación goleadora como asistidora han mejorado notablemente, en especial esta última, siendo hoy por hoy uno de los máximos asistidores del continente y todo apunta que la suma de pases de gol al final de la temporada se acercará a los 20 en todas las competiciones.
El único punto negro parece ser el rendimiento colectivo, pues este Marseille que sigue siendo un equipo sólido en defensa parece tener muchas dificultades para anotar en la portería contraria a pesar de que promedia más de 16 disparos por encuentro. Los porcentajes de acierto de Remy (12.2%), André Ayew (13.6%), Amalfitano (3.2%) y Jordan Ayew (9.5%) se hallan por debajo del 16.0% de Mathieu, y parecen explicar la descompesación entre el volumen de ocasiones generadas y los goles marcados.
FC Barcelona, Atletico de Madrid, Bayer Leverkussen, Arsenal... han mostrado interés por él.
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