Antes que nada recomiendo leer este post
Introducción de emergencia a la Contabilidad de Costes
para entender el fundamento y el proceso seguido. No quiero leer que aqui se escapan miles y miles de circunstancias ni cosas por el estilo.
¿Se puede evaluar todas y cada una de las circunstancias que se dan en un terreno de juego para evaluar la calidad de un medio ofensivo? La respuesta no es ni sí, ni no, la respuesta es para qué. Conforme a lo que hemos visto en los análisis de coste la información relevante no es tanto la información más exhaustiva sino aquella que es significativa y accesible a la vez. Un medio ofensivo recibe 78 balones y devuelve en buenas condiciones 71, de los cuales 14 fueron atrás, 35 en la misma línea y 22 a jugadores que estaban más adelantados. De entre estos algunos los pierde el otro jugador por precipitarse en la jugada, otros porque el balón se le hacía llegar en una posición poco ventajosa y el resto son controlados por el receptor que puede comenzar a reelaborar la jugada ¿Se podría registrar esto? Desde luego, pero llegar a ese punto de detalle implica dedicar horas y horas a obtener un dato que, a la postre, puede no ser tan importante. Es más razonable desde nuestra perspectiva asumir que de cada 100 pases dados algunos se perderán otros no, y que de los que no algunos serán mérito del centrocampista y otros del receptor.
Supongamos que queremos calcular el peso de un cuerpo humano; si ponemos en la balanza la piel, los huesos, los músculos, las vísceras, la grasa y la sangre tendremos una cifra que, al 90% coincidirá con la del peso completo. ¿Y los tendones, y los nervios, y las mucosas, y los bronquios, y...? Docenas de otros elementos tienen su peso, pero los primeros 6 ya nos daban una información suficientemente relevante como para poder abstraer el resto (obviándolos o estimándolos a partir de aquellos).
La lista de los datos que he utilizado para elaborar standards son:
-Asistencias del jugador
-Goles del jugador
-Goles de su equipo
-Asistencias de los máximos asistidores de las 5 ligas más grandes
-Goles de los equipos campeones de esas mismas ligas
-Goles encajados por su equipo
-Puntos conseguidos por el equipo
Todos estos datos son manejados en una perspectiva temporal de los últimos 4-5 años, la cual me parece una fracción de tiempo muy adecuada para evaluar carreras futbolísticas, pues la mayoría de profesionales se desempeñan en unos 3 lustros, a veces 2, a veces 4.
¿Hay otros datos de los que se pueda echar mano para completar los cálculos? ¡Sin duda! Cientos de ellos en realidad: regates intentados y conseguidos, faltas recibidas y amonestaciones provocadas, balones perdidos, calidad de los acompañantes, calidad de los rivales, etc. Pero todos ellos juntos no sumarían la relevancia de aquellos 7 escritos antes y en cambio harían muy farragoso el análisis. Resulta más eficiente considerar que o bien no son tan significativos, o bien son circunstancias que a la larga acaban compensándose en unas ocasiones con otras.
No se pretende aquí por tanto un análisis exhaustivo, sino un análisis relevante, que pueda ser cuestionable pero no discutible.
LA VARIANTE INDIVIDUAL
¿Medio ofensivo, volante, organizador? Las cualidades técnicas y tácticas esenciales de los jugadores que suelen jugar por el centro, tras los delanteros y por delante de defensas y medios de cierre, es muy diversa. Pero todos tienen las mismas cualidades funcionales: Jugar por el centro (sin invadir los terrenos de los jugadores de banda), tras los delanteros (sean uno, dos o tres, constituyendo la segunda línea de presión y culminación y la primera de creación) y por delante de todos los jugadores de características más defensivas (portero, defensas y mediocentros defensivos, es decir, que es el primer jugador cuya responsabilidad defensiva es limitada). Aquí hemos preferido denominarlos, en atención a sus cualidades funcionales, medios ofensivos, por ser indefectiblemente jugadores de medio-campo y por tener como función principal, mejorar el juego ofensivo de su equipo.
Cada medio-ofensivo es único. Acaso sea esta la posición del campo más difícil de definir a efectos esenciales, porque hay centrocampistas ofensivos cuya llegada supera a la mayoría de delanteros pero que no aligeran el juego combinativo de sus equipos, los hay que son capaces de organizar como un reloj el juego de sus compañeros pero cuya dependencia de ellos es tan grande que por sí solos se convierten en jugadores grises, los hay que son capaces de un gran despliegue físico y los hay que basculan en todo momento de una banda a la otra, los hay técnicamente finísimos y los hay que sólo dominan tres movimientos básicos que repiten con admirable eficacia una y otra vez. Pero hay algo que les une a todos ellos. Sin su concurso sus equipos son menos ofensivos, menos capaces de hacer gol y de mandar en los partidos.
Por tanto la cualidad general de un medio ofensivo es mejorar el ataque de sus compañeros. Para ello es importante que, a efectos generales, sea un buen jugador, lo más completo posible, capaz de pasar y recibir sin cansarse y cometiendo el menor número de fallos posibles, si bien es preferible un centrocampista que sufra errores que uno que no tenga iniciativa. Es por ello que si hay una estadística que define mejor que nada la calidad intrínseca de un medio ofensivo esta es los datos de asistencias. De nada vale que el centrocampista tenga el balón, que lo controle, que lo pase y lo reciba sin perderlo si la jugada no se finaliza. Del mismo modo que el delantero está autorizado a disparar a puerta siempre que pueda, hay un jugador que no tiene que esperar circunstancia especial alguna para buscar el pase de gol, y éste lo mismo viene de la triangulación, que del pase en largo, que de la conducción hasta el área. Un buen medio ofensivo ha de ser, necesariamente, buen asistidor, y para ello no basta con ser eficiente, también hay que ser eficaz. Cuando se abandona la eficiencia por la eficacia se corren riesgos, pero el fútbol es un juego de bajo tanteo donde juegan 11 jugadores y donde el premio es tan alto que la asunción de riesgos (que normalmente son reducibles por los otros compañeros) acaba siendo decisiva a la hora de resolver partidos. Hay grandísimos centrocampistas de ¾ de cancha cuyos datos de asistencias son pobres: Ello no les hace malos jugadores, pero sí jugadores mejorables. En cambio un centrocampista cuyos datos de asistencias sean altos podrá permitirse el lujo de ser imperfecto, pues si cumple al 100% su función tendrá derecho a que sus compañeros compensen sus defectos.
Siendo el dato de asistencias acaso el más importante de un medio ofensivo no ha de serlo aisladamente . ¿De que valdría un jugador que diese muchas asistencias a costa de malgastar jugadas y de elegir continuamente malas opciones de culminación? Nos encontraríamos con un jugador que ni sería eficiente ni sería eficaz, pues por más asistencias que dé, siendo como es el fútbol un deporte de equipo se hacen menos valiosas si a cambio sus compañeros meten menos goles. Y es que el medio ofensivo es acaso el jugador más dependiente de los éxitos de su equipo para su valoración individual, y en concreto del éxito ofensivo que es donde se han de concentrar las cualidades individuales del medio ofensivo.
Por tanto el Ratio Individual habrá de contemplar tanto la capacidad de dar asistencias como de conseguir goles de sus compañeros. Cómo lo haga (controlando, arriesgando, conduciendo...) vendrá condicionado por sus cualidades esenciales, pero lo importante no es el proceso, sino el resultado. Para relativizar ambos datos usamos, en el primer caso, la media de los máximos asistidores de las principales ligas, por lo que cocientes superiores a 1 corresponderán a auténticos especialistas, y en el segundo caso la media de goles de los últimos campeones de las ligas más importantes, por lo que acercarse a 1 ya será indicio de excelencia en el juego ofensivo de ese equipo y del cual el medio ofensivo es la pieza central. La mayor parte de los cálculos se hacen en base a promedios a 35 partidos.
El Ratio Individual (RI), por tanto quedará así.
Sin embargo el segundo cociente podría inflar el valor individual de un jugador que militase en un equipo especialmente goleador y que no disputase la mayor parte de los partidos, por lo que será menester corregirlo para no caer en sobrevaloraciones
Partidos disputados
Cor= ------------------------------
35
Por lo tanto el Ratio Individual quedaría así:
Se podrá objetar que la ausencia del factor de corrección en el denominador del segundo cociente desvirtúa el cálculo para el jugador que juegue pocos partidos, pero ello se debe a dos razones. La primera es que si estuviese en ambos términos acabaría afectando a los datos de asistencias. La segunda es que esa anomalía en el cálculo da más información de la que quita pues en un jugador cuyo valor individual está referido al colectivo el segundo cociente premia a aquellos centrocampistas que jueguen más partidos como titular, si bien castiga a los que sufren lesiones. Pero dado que la perspectiva del estudio es a varios años, y dado que buena parte de las lesiones de los medio ofensivos son más estructurales que producto de entradas, y valorando que un jugador que ha de ser pieza fundamental de un equipo ha de ser peor si tiene tendencia a lesionarse, dicha objeción no ha de ser necesariamente decisiva.
LA VARIANTE COLECTIVA
Los datos individuales nos proporcionan la imagen de un centrocampista funcionalmente creativo: Ha de serlo aquel que propicia que sus compañeros metan muchos goles y más aún si buena parte de ellos se deben a asistencias propias. Pero el juego ofensivo en su conjunto es una suma de acciones tácticas variadas cuyo fin, el gol, rara vez llega.
Mientras tanto el principal jugador en la generación de ese caudal es el máximo responsable del balón, de lo que se hace con él, de en qué terrenos se coloca y hacia que jugadores va a parar. Si de vez en cuando lo pierde habrá otros jugadores tras él que se encarguen de recuperarlo, aunque a veces no se consigue y la pérdida acaba en gol en contra. Si las pérdidas son abundantes las jugadas contrarias se multiplicarán y la ley de los grandes números dice que a la larga un centrocampista poco eficiente jugará en un equipo que encaja más goles.
Es por ello que al contrario de lo que sucede con el resto de jugadores ofensivos, cuyas intervenciones de ataque directas ayudan al conjunto, el medio ofensivo suele sacrificar estas por el bien del conjunto, centrándose más en realizar acciones eficientes que conduzcan (en pocos pases o en un proceso largo, eso es relativamente indiferente) a la elaboración de una jugada de gol. Pero suele suceder que el medio ofensivo dispone de una mejor imagen del juego que el resto de sus compañeros, más centrados en cumplir sus labores de definición, desmarque o desborde, y por tanto es el primero en detectar atascos en las acciones del resto de jugadores. Si en esos instantes dispone del balón y
encuentra los huecos precisos, es menester que por un momento, y por el bien del juego colectivo, sea individualista y no renuncie a emprender una jugada individual, ya sea esta de conducción o de disparo. En esas condiciones las llegadas de los medio ofensivos son poderosas armas que desarman tácticamente al rival y los goles conseguidos así suelen ser un plus que incrementa la eficacia y a veces la eficiencia del conjunto. Por ello, si a las cualidades habituales del medio ofensivo, éste añade el gol, nos hallaremos ante un jugador completo que siempre será tácticamente rentable.
Pero como dijimos antes, no hay jugador cuya valoración dependa más del éxito conjunto que éste, por tanto será preciso valorar a efectos colectivos la cantidad de victorias, empates y derrotas del equipo.
El Rato Colectivo tendrá que valorar de manera directa esos goles con los que el medio ofensivo contribuye al caudal ofensivo del conjunto, pero también deberá valorar de manera inversa los goles encajados, a la larga síntoma de malas decisiones a la hora de gestionar el balón. Cuanto más alto sea este primer cociente (que normalmente será una fracción inferior a 1 pero que en ocasiones podría superarlo), más decisivo y eficiente a la vez se podrá considerar al centrocampista. Al mismo tiempo este cociente será afectado por el porcentaje de puntos conseguidos por el equipo, de modo que aquellos centrocampistas que hagan jugar bien al equipo (más allá de las valoraciones técnicas o estéticas), mejor ratio colectivo alcanzará.
El Ratio Colectivo (RC), quedará así:
Sin embargo el segundo elemento podría inflar artificialmente el valor colectivo de un jugador en aquellos casos en los que el centrocampista no dispute un numero suficientemente alto de partidos y milite en un equipo especialmente ganador o bien penalizarle cuando a pesar de jugar poco su equipo fuese muy goleado. Para evitarlo añadiremos un factor de corrección a los goles del resto del equipo y al porcentaje de victorias que tomará como base los deseables 35 partidos por temporada:
Partidos
Cor= --------------
35
Este factor de correccion se insertaría así
EL CULMEN DE LA RELEVANCIA: EL FACTOR GLOBAL
Cuando se manejan elementos que se adicionan es preciso ponderar cada uno de ellos para asegurarnos de que el resultado global no este aquejado de la sobrevaloración de alguno de sus componentes. No así cuando de lo que se trata es de emplear factores. La precaución sobra pues si entendemos que un delantero será mejor cuanto más alto sea su RI y su RC, tomados independientemente, el múltiplo de ambos crece con cada uno de ellos.
Hemos tomado por convención que incluso en el caso del más egoísta de los jugadores el factor colectivo ha de ser igualmente apreciable que el individual, aunque cada cual puede ponderar cada uno de ellos según considere oportuno.
De este modo el ratio global resultante, el que valora de manera relevante la calidad de un delantero tanto a nivel individual como colectivo tomando como base de cálculo los datos más significativos sería:
RG = RI x RC x 100
Como el múltiplo de cantidades inferiores a 1,0 suelen arrojar cifras muy pequeñas, se ha añadido el 100 para que la cifra resultante sea un número más fácil de retener.
UNA OBJECIÓN MATEMÁTICA
Si bien todo el proceso seguido produce un ratio relevante y eficiente tomando como base información breve pero muy significativa, el resultado final adolece de cierta desproporción debido al carácter multiplicativo de los factores. El orden de los resultados finales puede parecernos coherente, pero no así las diferencias de cuantía.
La estadística descriptiva nos provee de una sencilla herramienta para ajustar este tipo de desviaciones, que es la media geométrica. Mientras que la media aritmética halla el promedio entre N cantidades sumadas dividiendo el total entre N, la media aritmética halla un promedio entre cantidades multiplicadas, pero para promediar se utiliza no el cociente (que no tendría relevancia proporcional), sino la raiz cuadrada, o en su caso la raiz N.
El ratio final por tanto quedaría así:
____
RF= 2\/ RG
UNA OBJECIÓN HISTÓRICA
He aquí el final del proceso.
Sí, hemos tenido en cuenta las cualidades individuales y colectivas de los medio ofensivos para sacar una cifra, una única cifra, que nos indique su calidad, juegue más o juegue menos. Podemos decir que este ratio nos dice en general, cuales centrocampistas son mejores y cuales peores, incluso con cierta proporcionalidad.
Pero cuando tenemos que elegir entre los mejores medio ofensivos en un determinado período, no rebuscamos hasta en los últimos rincones hasta encontrar los más valiosos, sino que elegimos de entre los que se nos vienen a la cabeza, digamos que entre los más prominentes. Y es que la historia es la historia, y para ser el mejor en un período determinado hay que serlo durante todo ese período, y para ello nada mejor que utilizar nuestro ratio no como resultado final, sino como coeficiente que aplicar lo que en realidad ya ha sido.
Es por ello que a la hora de hacer la lista definitiva multiplicaremos el ratio final por la suma de asistencias, goles, partidos jugados y victorias de su equipo, en los ultimos 5 años, si bien ponderaremos las asistencias con el triple de valor que cada uno de los otros tres factores. De este modo jugadores que por lesiones u otros motivos han estado menos presentes en las cifras sufrirán la penalización de no haber podido mostrar su calidad, dejando paso a aquellos que, de un modo u otro, acabaron actuando de manera más constante y decisiva.
ANEXO I
Con el fin de poder establecer comparaciones posteriores a largo plazo y en una escala de 100 puntos, definimos como valores de referencia máximos los siguientes:
-Asistencias: 20,
por ser la cifra más alta alcanzada por un jugador en el quinquenio 2005-10 en las principales 5 ligas europeas
-Goles compañeros: 94,
por ser la diferencia entre la cifra más alta de goles de ese período, 105, y la de máxima cifra de goles contemplados
-Goles propios: 11,
por ser la décima parte (una por cada jugador de campo) del máximo de goles metidos por un campeón nacional en ese período.
-Goles encajados: 22,
por ser la cifra más baja conseguida por un club en el período y en esas ligas.
-% Puntos del equipo: 100
-Titularidades: 35 (o 32)
-Victorias del equipo: 38 (o 34)
Tomando como referencias estas cifras, el ratio más alto posible sería:
Ratio Individual: 1,786
Ratio Colectivo: 50,0000
Ratio Final: 94.50
Valor Histórico de referencia: 13.610
De este modo se puede establecer una tabla logarítmica de valor 100 cuyas correspondencias serían:
13.610 à 100
2.722 à 95
1.361 à 90
907 à 85
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